martes, 1 de noviembre de 2011

Editorial: Otra Guerra



Otra guerra

Para la mayoría de salvadoreños mayores de 40 años hablar de guerra civil causa una serie de sentimientos sobre un pasado desagradable lleno de miedos dolor y frustración, nuestro país estuvo sumergido durante más de 20 años en un ambiente de terror, incertidumbre, frustración. Sin duda alguna la guerra civil armada salvadoreña de ha dejado hullas profundas en la sociedad de El salvador, se hacía común que diariamente escucháramos por los noticieros y periódicos noticias sobre asesinados en combate, uno que otro civil que se encontraba en medio del campo de batalla, algún secuestrado, otro desaparecido, por supuesto las masacres desastrosas etc.

No quiero justificar el uso de la fuerza para resolver los problemas entre las personas, pero se hacía normal las consecuencias comunes de una guerra, el terror que esto causa, el miedo, la incertidumbre, es el resultado emocional de la guerra claro sin mencionar el odio y el resentimiento característico de una guerra civil.

Hoy en día no estamos en una guerra civil, por lo menos no declaradamente pero en los matutinos y noticieros televisivos y radiales vemos una similitud en las noticias que en la década de 1980 se hacían comunes, asesinatos, desaparecidos, secuestradas, masacres. El terror, el miedo y la incertidumbre son sentimientos actuales y diariamente experimentados por la población salvadoreña, ESTAMOS EN GUERRA. La guerra que libramos esta vez los salvadoreños es mucho más compleja que la pasada guerra civil, primero porque no se pueden identificar dos bandos claramente, si podemos identificar un bando los delincuentes terroristas, esta vez este término si se puede aplicar directamente, estos son un pequeño grupo o grupos organizados que están sometiendo a la población a su voluntad, robando, extorsionando, violando, secuestrando, etc. Según los hechos que podemos observar diariamente, nadie puede enfrentar a dichos agresores, esta vez la guerra son de la delincuencia a la población, esta vez no podemos esperar un cese al fuego tras una negociación por lo menos no en un mediano tiempo, estamos a merced de la incertidumbre.

No quiero hacer una reflexión negativa sobre nuestra actual situación pero es necesario que tomemos en cuenta los siguientes puntos de evaluación para darnos una idea de la complejidad de la situación.

Los grupos delincuentes llámese mareros, extorsionistas, secuestradores, narcotraficantes, etc., también son grupos armados, formalmente estructurados, me surgen alguna pregunta:

¿Cuál es el origen de las armas que poseen?

¿No es posible el control del armamento que está en el país?

¿Qué tipo de estructura poseen estos grupos imposibles de erradicar?

¿Es posible que se hayan sobornado funcionarios públicos como jueces, policías, ministros?

Sin duda alguna no podemos obtener respuesta cierta a las interrogantes planteadas, pero vale la pena intentar responderla por lo menos para darnos una idea de la magnitud del problema que tenemos entre manos.



Quiero termina fijando en sus mentes la realidad evidente, LA GUERRA ES CONTRA LA POBLACIÓN, somos nosotros los ciudadanos comunes y corrientes los que estamos obligados a defender nuestras familias, a nosotros mismos, nuestro futuro.



Oscar Durán.
Editor

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